Por su aspecto y por algunas formas de comportamiento, el panda gigante se asemeja bastante a los osos.
Comparte con ellos su robustez física, su agilidad y su vida en solitario.
Sin embargo, existe una gran diferencia entre ambos: el régimen alimenticio.
Mientras los osos son omnívoros, es decir, pueden comer tanto animales como vegetales, el panda gigante es exclusivamente herbívoro.
Dedica la mayor parte de su tiempo a la alimentación.
Esto no es de extrañar si tenemos en cuenta que para satisfacer su apetito debe ingerir entre diez y quince kilos de hojas de bambú, para lo que necesita unas once horas diarias.
Esto, a su vez, ha provocado una fuerte dependencia del medio, ya que cuando los bambús mueren después de haber florecido, la vida de los pandas gigantes está en peligro.
Su gran voracidad explica que el panda no hiberne, ya que no puede acumular suficientes reservas para el invierno.
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