Un día te acercas a la jaula de tus canarios y compruebas con sorpresa cómo, después de trece o catorce días de incubación, los huevos han eclosionado y unos delicados polluelos ocupan su lugar.
Durante la primera etapa de su desarrollo la madre no se separa del nido, salvo para alimentarse.
Bastarán tres semanas para que los pequeños sean capaces de volar.
Este vertiginoso desarrollo exige una alimentación rica en proteinas y sales minerales.
Al día iguiente del nacimiento de los polluelos debes proporcionarle a la madre alimentos enriquecidos que puedes encontrar en las tiendas especializadas, o preparar tu misma una pasta blanda con yema de huevo cocido y bizcochos de soletilla, ligeramente humedecidos con agua. La madre comerá este preparado con avidez y se lo embuchará a sus polluelos.
Es muy importante que cambies la pasta blanda cada cinco o seis horas para evitar que fermente.
CUANDO FALTA LA MADRE
Si la madre se escapa o perece tu ayuda es imprescindible.
Si te es posible repartirlos entre otros nidos hazlo, sin que haya más de cinco polluelos por nido.
Deberás proporcionarles calos cubriéndolos con una plancha de algodón y poniendo encima, a unos 40 cm. una lámpara de infrarrojos.
Hasta que los pajarillos tengan cuatro o cinco días debes darles pequeñas bolitas de la pasta de huevo con un palillo.
Debes repetir la operación cada tres horas, con un intervalo de seis durante la noche.
Si rechazan la comida, cógelos en la mano sin apretar y ábreles suavemente el pico.
Cuando los pollos están cubiertos de plumas podrás darles semillas pregerminadas que picotearán ellos mismos.
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