Los acuarófilos saben perfectamente la importancia que tiene el agua para el buen desarrollo de las especies acuáticas.
Sin embargo, por mucho cuidado que se tenga, a veces aparecen alteraciones aparentemente inexplicables que hay que solucionar cuanto antes para evitar problemas.
COLOR BLANQUECINO
En los acuarios recién instalados el agua a veces puede presentar un color blanquecino que suele desaparecer dos o tres días después de poner en funcionamiento el filtro y la iluminación.
De no ser así, habrá que comprobar la insolubilidad de la arena, las rocas y los elementos decorativos para retirar aquellos que sean sospechosos.
OTRAS ALTERACIONES
Un exceso de luz artificial puede favorecer la proliferación de algas azules indeseables o de algas verdes.
Para solucionarlo basta con acidificar el medio, añadir alguicidas o bajar la iluminación.
El color amarillento o marrón que presentan algunos acuarios ya implantados suele ir acompañada de la mortalidad de las plantas y las sucesivas bajas de los peces si no se soluciona el problema.
Es muy importante controlar el PH y la dureza del agua, observándose una acidificación del medio por la acumulación de residuos orgánicos, sobre todo nítritos.
Para corregirlo habrá que poner un filtro exterior de elevado rendimiento, sifonar el fondo del acuario y cambiar una tercera parte del agua por otra nueva.
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